Tips para ejercitar en verano (y que el calor no te aplaque)

Igual que en invierno nos suele tentar más quedarnos leyendo junto a la estufa que salir a ejercitar, también en verano puede costar un poco más abandonar la reposera para poner el cuerpo en movimiento. Pero el ejercicio no es solo para el clima de media estación. Al contrario, el verano es perfecto para aprovechar la playa practicando esos deportes de arena que no podemos disfrutar el resto del año. E incluso cuando estamos de vacaciones, es bueno no abandonar nuestra rutina de ejercicios para volver al trabajo realmente recargados de energía.

Qué tener en cuenta para ejercitar en verano

HORARIOS: El calor, la humedad y el fuerte sol del verano dificultan hacer ejercicio al aire libre entre las 11 y las 17 horas. Lo más recomendable para cuidar la salud es salir a ejercitar bien temprano en la mañana o después que cae el sol.

BUENA ALIMENTACIÓN: Para que el cuerpo se adapte bien a las altas temperaturas es importante mantener una alimentación saludable durante todo el día, con bajo contenido calórico. Hay que consumir más frutas y verduras que lo habitual, cereales y legumbres y disminuir los fritos y azúcares. Una o dos horas antes de ejercitar, comer algo para tener energía, y también al finalizar el ejercicio.

HIDRATACIÓN, ANTES Y DURANTE: Tomar mucha agua es mandatorio para cualquier época del año, pero más en verano y sobre todo mientras hacemos ejercicio. Un rato antes de salir a ejercitar, se aconseja beber cerca de medio litro de agua, para que baje la temperatura corporal y el esfuerzo no se sienta tan intenso. Durante la rutina, se debe tomar agua en intervalos regulares para evitar la deshidratación. Una buena opción son las bebidas energéticas para deportistas, que mantienen mejor la hidratación y previenen el cansancio.

 UNA DUCHA FRÍA: Antes de salir, se aconseja tomar una ducha fría para bajar la temperatura del cuerpo y no sentir el golpe de calor. Ejercitar con el pelo mojado permite mantener la cabeza fresca y disfrutar más el ejercicio.

INDUMENTARIA: La ropa debe ser holgada y cómoda, de materiales livianos, naturales y transpirables. Para no atraer calor solar, es mejor usar ropa clara. Y aunque haga calor, siempre usar un buen calzado deportivo.

PROTECCIÓN SOLAR: Aunque sea muy temprano en la mañana o al atardecer, siempre hay que protegerse del sol con bloqueador solar. También te aconsejamos proteger la vista y la cabeza con gorra y lentes de sol, para cuidarnos de la insolación.

MODERAR EL EJERCICIO: En verano es fundamental adaptar la rutina a las condiciones de temperatura y humedad del día. Los días más calurosos, podemos bajar la intensidad del entrenamiento (u optar, por ejemplo, por Yoga o Pilates) y realizar más pausas. Eso sí, nunca te detengas de golpe; sea para tomar un descanso o finalizar la rutina, siempre ir bajando el ritmo de a poco (en caso de salir a trotar; finalizar con unos diez minutos de caminata a paso cada vez más lento). Y fundamental el estiramiento antes y después del ejercicio.

CONOCER TUS ALERTAS: Ante cualquier signo no habitual como dolor de cabeza, mareo, vista borrosa o palpitaciones, es importante bajar la intensidad, beber agua y, si es necesario, detener el ejercicio. Todos ellos son signos de deshidratación, que sumados a las altas temperaturas pueden terminar en una descompensación si no los atendemos a tiempo.

EN GRUPO ES MEJOR: El verano es una época más distendida para quedar con amigos o compañeros y compartir el ejercicio. ¿Qué tal salir a trotar por la Rambla después de trabajar y aprovechar que el día es más largo? Los grupos de entrenamiento funcional son una excelente opción para disfrutar al aire libre (o en la piscina) mientras nos ponemos en movimiento.